Cumpliendo una cita en el Tiempo, presentamos el epílogo que conecta la novela Vampiros: Las Sagradas Escrituras con el siguiente libro que aparecerá en Octubre de 2012, El Libro del Tiempo Perdido, espero sea de su agrado... Buenas Lunas
Carlos Camaleón
Parte Uno: Primer
Viaje.
1
Jack encontró en la Ciudadela
un área bloqueada por torres eléctricas. Vambrey había mencionado algo acerca
de estas secciones secretas del complejo. Jack notaba que esas torres no fueron
colocadas ahí desde un origen, sino que fueron llevadas e instaladas desde
otros puntos en que se utilizaban, como la bahía destruida por los cambios climáticos
ancestrales. En la
Biblioteca no existían datos acerca de ésta zona, el ala este
de la región. La intensidad de las torres había sido también modificada.
Estaban al máximo, cualquier cosa que atravesara su perímetro se calcinaría por
una descomunal descarga. Jack había preparado su cuerpo según todas las
técnicas posibles y descubiertas hasta su tiempo. Entre los vampiros antiguos,
había prácticas como el control del agua, el control del fuego,
transformaciones en niebla o animales. Había una clase de control del rayo,
cuyo maestro era un vampiro renegado de nombre Ananías. Vambrey lo conoció en
medio oriente. De él aprendió cosas que el maestro Ken pudo perfeccionar.
Hicieron un tomo del control de esos poderes. Jack se colocó frente a las
torres e invocó su poder sobre la electricidad. Fuera del perímetro de las
torres emergió su descarga y todas las torres, que eran 8, dirigieron su furia
a las manos del vampiro. Jack redirigió los potentes rayos de regreso y las
torres se fundieron. Jack, derrumbado, quemado, cayó en la inconsciencia.
2
Cuando cobró
conciencia, estaba en la nieve, tirado y débil. Las torres habían caído. Apenas
pudo incorporarse, fue andando casi a rastras al salón principal de sus
aposentos. El palacio, donde nunca podría sobrevivir un ser humano sin un traje
especial, le pareció cálido a comparación de las temperaturas exteriores. Fue a
las jaulas de humanos, de estructura piramidal donde los humanos se mantenían calientes y en estado de animación
suspendida gracias a procesos electromagnéticos sobre su estructura biológica.
Tomó a uno y no le dio tiempo de hablar, destrozó su garganta y bebió hasta la
última gota. Tardó un poco en recuperarse para extraer otro espécimen más gordo
y tragar su sangre. Cayó sentado al pie de una de las pirámides vacías. Con sus
presas muertas al lado. Dos noches después se incorporó de nuevo y pudo
dirigirse a las torres destruidas.
Estaban cubiertas de nieve, pues el invierno comenzaba. La helada puerta
también debía tener trampas. Tomó su distancia y pudo agarrar un tremendo
bloque de mármol de la parte de la ciudad que aun estaba en ruinas. Con toda su
fuerza impactó la pesada puerta que apenas lanzó una especie de energía purpura,
activó varios disparadores sobre la cúpula que coronaba el edificio. Rifles de
un diseño complejo disparaban balas de un extraño fulgor. El pedazo de mármol
estaba hecho añicos en segundos. Los rifles tenían detectores de movimiento y
Jack comprobó que apenas pudo librarlos con su velocidad superior. Con máximo
esfuerzo consiguió volar tan rápido para arrancarlos de sus bases desconectando
todo el sistema en minutos. Velozmente trajo un par de bloques más. Los
estrelló contra aquella puerta que resistió hasta que al ceder, dio paso a un
par de gigantes de hielo. Realmente no estaban hechos de hielo sino que estaban
cubiertos de hielo debido a tan bajas temperaturas. Los gigantes dormidos
despertaban, eran autómatas enormes, del tamaño de 10 hombres y atacaron a Jack
con no poca velocidad. Estaban electrificados, por lo que no se les podía tocar
sin ser electrocutado. Manejaban fuerzas electromagnéticas, por lo que
controlaban el metal y lo hacían flotar y atravesar el aire para destruir a su
enemigo. Ken-san había enseñado a Jack a controlar esos poderes también.
Polarizó a uno de los gigantes para hacerlo un imán. Con todo su esfuerzo logró
cargarlo de tal forma que al ser contrario al otro chocaron y se neutralizaron
uno al otro. La puerta estaba abierta. Jack lanzó el brazo desprendido del
cuerpo de uno de los gigantes al fondo para probar si se activaba otra arma.
Nada ocurrió. Fue por los cuerpos de los humanos de los que bebió recientemente
y los aventó al interior del edificio. Una serie de disparos se activaron
moliendo a balazos los cuerpos muertos de los hombres. Los rifles no estaban
hechos de metal, sino de huesos tallados. Una excelente estrategia de una
cultura superior y antigua. Jack no podía utilizar los poderes magnéticos pero
sí su control sobre el fuego. Creó una bola de fuego concentrando su energía en
el plexo solar, que emitió a su vez varios disparos que salieron en busca de
las armas. Todas fueron destrozadas. Jack al fin pudo entrar.
3
Cuando entró, entre
vapor y humo, las luces del lugar se encendieron. La parte oculta de la ciudad
en la parte este cubría una construcción semejante a la megalítica. Un conjunto
de piedras colocadas en un gran círculo que le recordó las piedras de
Stonhenge. Había varias de estas figuras por todo el lugar. Giró contemplando la primera estructura. Las
enormes piedras debían pesar unas 50 toneladas, la fuerza muscular que debió
colocarlas y el tipo de protecciones, no eran humanos. Esta zona era de la
ciudadela original, pero fue descubierta por gente de la estirpe de Saulo. Fue
sellada para que nadie entrara. Al fondo de la estructura, a través de uno de los
huecos, divisó un vasto complejo de libros. Ahí estaba todo. La información
sobre lo que eran esas antiguas estructuras de piedra sólida y de dimensiones
humanamente imposibles de mover. Detrás de la estructura, varias cabezas
enormes de hombres con nariz recta, ojos hundidos y labios entreabiertos lo
contemplaban. Jack tomó los pergaminos con delicado cuidado. Eran escrituras antiquísimas
combinadas con apuntes en libros recientes. Las anotaciones de Vambrey. Suspiró
y se dedico a reconstruir la puerta. Con los meses aprendió a codificar las
defensas. Tardó un año en entender el funcionamiento de los autómatas. Tardó otros
seis meses en reprogramar y reconstruir
las armas. Descubrió que Vambrey utilizaba un sistema de detección genética a
través de los ojos. Pudo reactivar el funcionamiento adecuado del salón. Pero
tardó unos dos años más en entender el complicado funcionamiento de aquella
maquinaria. Pudo entender que se trataba de una computadora cósmica, una de
entre varias en un sistema que registraba el mundo entero. Las computadoras
celestes gigantes estaban colocadas en puntos energéticos precisos del planeta,
donde las propiedades naturales del cosmos dotaban de energía según los ciclos
naturales a la Tierra. En
estas computadoras se calculaban las estaciones del año, había 12 ciclos
solares y aun no descifraba los lunares. El círculo tenía una unidad de longitud
exacta, de 2.720 pies . Todos estos
óvalos, elipses y círculos, estaban basados en el triángulo de Pitágoras,
aunque este hombre griego no había ni siquiera nacido cuando se construyeron.
Una de las
computadoras era recta, como una calzada de piedra, que servía como un observatorio
lunar. Cuando logró descifrar cómo activarlo, la imagen fue sorprendente. Pudo
ver de manera holográfica, un paisaje, indeterminado, sólo por breves instantes
estuvo ahí. Tal vez los antiguos crearon un proyector. Bajo estudios más
completos, pudo conseguir una proyección más precisa. En su soledad estaba
emocionado. Dedicó un año a los textos de Vambrey, pero notó que él nunca pudo
ver lo mismo. Con los otros textos fue labor difícil traducir. Insistió más en
los textos con diagramas, entendiendo un complicado sistema mediante el cual
podría “enfocarse” una zona determinada del planeta.
Vambrey hablaba en sus
notas y comparaciones con otros textos del descubrimiento del Calendario Lunar
Universal, ya que en los orígenes del calendario usado por la corte egipcia el
sistema empleado era solar y estelar, basado en la aparición simultánea del sol
y de la estrella Sirius una vez al año, pero hay una tradición calendárica más
antigua de carácter lunar de tiempo predinástico en la historia egipcia, en
Mesopotamia los calendarios de las ciudades-estado de Sumeria eran también
lunares. El mes sumerio se iniciaba con el primer creciente de luna y la
duración de los meses variaba con el periodo lunar de 29 a 30 días –la misma falla
encontrada entre los registros de la edad de piedra-, el calendario lunar
también fue el primer sistema de las civilizaciones hindú y china; en América
las primeras culturas tenían calendarios lunares, los Incas por ejemplo tenían
un calendario solar oficial, pero las divisiones de su año en 12 meses sugieren
la existencia de una tradición más antigua de cálculo lunar. En el Génesis 7 y
8 encontramos la crónica del diario de Noé del diluvio, los días de los meses
así como los periodos que concede Noé se colocan en el esquema del calendario
judío, 10 de las fechas registradas caen en el Sabbath judío, y señala el
transcurso de un año solar de 365 días. No obstante el hecho más significativo
es que el calendario judío, al igual que el calendario que usó Noé, está basado
en un cálculo lunar de 354 días, como el calendario antediluviano.
Pensó en eso como la
programación de una cinta magnética grabable. Había muchas formas de ver esas “cintas”
en aquellas computadoras. Descifró por fin como calcular el momento exacto para
ver una. Le parecía demasiado complicado aquello de esperar hasta cierta
temporada para poder regresar al pasado, a un momento, como si uno tuviera que
esperar a ver una fotografía actual en solo una época del año, pero debían tener
motivos rituales para ello. Se empeñó en verlo de todos modos. Uno de los
círculos medía la estación, otro el día, otro la hora, uno más la duración de la
proyección y el último proyectaba la imagen. Estaban dos más sin uso, pues Jack
todavía no descifraba su función aunque asumía que podía ser el minutero.
Aquello era un gran reloj del tiempo cósmico. Muy bello. Cuando contempló la
imagen, era solsticio de verano. La luz penetró hasta los círculos y tejía una
serie de ángulos imprecisos hasta que se observaba lo que el libro decía. Una
ciudad contemporánea de esta. Aunque podría ser posterior al congelamiento de
los polos. Jack miraba la imagen fija de la ciudad, en una montaña. Según el
libro de las imágenes, era la ciudad de Um, construida por la reina Na, con sus
propias manos, como una diosa celeste. Los bloques enormes de piedra sobre la
montaña, un santuario para ella y su amada Lilitu. La magnificencia de ese
templo le hizo recordar libros de la Golden Down sobre ciudades misteriosas y reinos
perdidos. Por lo que pudo comparar esta ciudad era Tiahuanaco, dos mil millas
al oeste de la isla de Pascua. La emoción era grande, observar civilizaciones
perdidas tal como fueron “filmadas” con el sistema de los antiguos, era
hermoso. La ciudad de Tihuanaco como la llamaban hoy era Um, y en ella estaban la Reina Na y una pequeña corte
de hombres vampiro protectores. Los humanos no podían llegar hasta ahí. Al fin
consiguió ver una imagen viva de la mujer que construyó su actual hogar, la
ciudadela. La proyección de distintos ángulos de la ciudad duró apenas una hora
con cuarenta y cinco minutos veintitrés segundos. Y desapareció.
4
Jack Tunheim estaba
listo para la siguiente proyección. Admiraba como un aficionado a las primeras
proyecciones de cine, todo lo que veía.
Después contemplaría Nasca, Pascua, Teotihuacan, entre otras bellas
ciudades del mundo antiguo. Tomaba notas de lo observado, hasta que descubrió
lo insólito: mientras veía lo que parecía un documental de la construcción de
otros sitios megalíticos, uno de los hombres vampiro lo miró. Sus ojos fijos le
hablaron. Para el antiguo, Jack era un espíritu. Preguntó con la mente qué
deseaba con verlos. Cambió la imagen demasiado rápido para responder. El
corazón de Jack vibraba con fuerza, como una maquina a punto de estallar.
Estaban vivos. Los que observaba estaban vivos.
¿Cómo sería posible
que lo viera alguien que murió hacía miles de miles de años? Estudió con más
gravedad y agudeza los textos, traducirlos ya no era un problema. Terminó con
todos en dos años. Adquirió el conocimiento que ni Vambrey ni la supuesta
Lilith tenían. Uno de los círculos era el que se encargaba de mostrar el mundo
en distintos tiempos. Los antiguos descifraron el misterio de la cuarta
dimensión. Observaban sus ciudades antiguas y predecían el futuro viajando en
proyecciones al pasado. Los consejeros, un culto reservado a sacerdotes científicos,
una forma avanzada de poder, que nosotros no teníamos, asesoraban a gente de
otros tiempos como voces de espíritus, pero en realidad eran ellos, los que
viajaban a través del tiempo susurrando con sus computadoras alimentadas por
fuerzas cósmicas, a la gente del pasado.
Esos sacerdotes inmortales
abandonaron a la reina Na, cuando el gran cataclismo. Sus otras computadoras a
lo largo del planeta, de las cuales la humanidad actual no tiene explicación
alguna, también fueron abandonadas. Sólo quedó intacta esta, congelada durante
milenios. Jack estaba no ante un proyector, sino ante una maquina del tiempo.
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